Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de agosto, 2018

Al lado

Sonreír como un niño descubrir un poema, abrazar a un amigo, restañar una pena, encontrar el camino, no cejar en la apuesta… Si hay más… déjalo al lado. En el lado. Donde pueda encontrarse, donde ya no haga daño…
Eras parte de un mundo que era. Ahora eres un nudo entre los nudos de las redes. Repites y miras y admiras y te haces y deshaces. Das sin darte, en un camino que no va a ninguna parte. Tejido de archivos y de olvidos. Decorado decorando un decorado de actores sin texto ni contexto. Te dan la recompensa de aquel que ya no piensa. Que nos han llevado al huerto porque aquí todo está muerto
Ojos verdes, ojos verdes, ojos verdes como el mar que me miran y me piden lo que ya no puedo dar, que mis ojos ya no ven que los tuyos ya no van, tú no miras adelante yo ya no miro hacia atrás.

La mejor

El maestro de ajedrez El maestro de ajedrez se dirigió por última vez a su alumno, al que había enseñado todo lo que podía, le dijo «recuerda que jugarás muchas partidas en muchos tableros, ganarás algunas perderás otras sin embargo, solo una es la auténtica partida.» «Esa es la que debo ganar» preguntó el alumno. El maestro meditó un momento y dijo: «Sobre todo procura que sea la más hermosa»

Internet

Internet Muchos consideran que el mundo es solo un juego pero somos también muchos los que consideramos que es un juego peligroso. Cuando los ingenieros construyeron el mundo era un simple lugar de vacaciones dónde sentir con intensidad. Sin embargo, pronto los avatares empezaron a ser más importante que las propias personas; sus sentimientos eran invasivos, adictivos.   Lo peor fue cuando aquéllos que regresaban lo hacían en condiciones terribles sin comprender ya quiénes eran y de dónde habían venido. Entonces, como solución parcial, los ingenieros introdujeron en el mundo Internet, en un intento, quizás vano, de que nuestros avatares tuvieran un atisbo de la realidad que hiciera más llevadero su regreso.
La infancia es un laberinto por tanto tiene salida. Si sales verás un rey tendrás un «qué» y una mentira. El rey te dirá quién eres, el «qué» que hacer en la vida ¿Para qué, pues, la mentira? La mentira, si la pierdes, te producirá un dolor mayor que cualquier herida.