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Mostrando entradas de agosto, 2019

El beso que no te di

La doncella El beso que me une a ti, no es ese que quiero darte, sino aquel que no te di. ¡Qué tristes estos tres versos ahora que no estás ya aquí! Tu boca que no me besa Tu boca que no besé... ¿Qué miedo me tuvo presa si tanto lo deseé?
El callejón sin salida Los seres humanos se autodefinen, buscan explicaciones para su conciencia, su cognición, sus emociones. Intentan revelar el significado del yo y hallar la verdad sobre la realidad. No hacen eso solo, ni siquiera es que sea su principal actividad. Esas disquisiciones son tema de una minoría de intelectuales. Estos tienen en común con los otros en que hacen aquello que se les manda. En el juego de la vida los humanos son los trebejos, la realidad los escaques y todo ese órdago de conciencia, de ego y de emoción una interfaz que les conecta, no con un superyo propio, ni con un dios ni con un inconsciente colectivo, aunque estos nombres no dejan de ser apropiados y hasta graciosos. La conexión es con los auténticos jugadores. Los intelectuales, afortunados ellos, tienen por misión analizar las utilidades  del sistema; utilidades cuyas mejoras teóricas se iran implementando en la práctica,  en cambios de la "realidad"  derivados de cambios de los programas.

Post-it

Po st-it Algú va deixar un llibre sobre la taula de l’office. A sobre hi havia un post-it on hi posava: “per qui el vulgui”. Algú va quedar-se el llibre, un assaig sobre com viure bé, i va deixar el post-it sobre el microones. A l’endemà l’aparell havia desaparegut, però el post-it estava sobre la cafetera. No vaig atrevir-me a tocar-lo. Al dia següent, com m’imaginava, la cafetera havia desaparegut. El post-it sinistre seguia a l’office sobre la taula. El vaig agafar hi em vaig anar a seure a la meva cadira. Me’l vaig posar a sobre i vaig tancar els ulls. En obrir-los en vaig trobar dins un estrany somni, rodejat del llibre, el microones, la cafetera, un munt de grapadores i bolígrafs i tots aquells companys que s’havien anat anant.

Vida robada

La vida robada De las vidas posibles siempre hay una, la que el azar nos muestra y luego roba, que resurge siniestra, inoportuna, inundando de insomnio nuestra alcoba. Se la llevó un error, un mal momento, y regresa con forma fantasmal, convierte nuestro ahora en un lamento, en un juego irrelevante y virtual. La que se queda atrapada en esa vida, deseando siempre lo que no ha tenido, camina en una senda enrarecida de emoción irreal y triste olvido. Empeñada en vivir un espejismo, su mirada se hunde en el abismo.

Te forjo con palabras

Te forjo con palabras Tiene tu piel un tacto y tiene tu voz un tono y al moverte tienes un aire de incómodo arrebato y todo eso que tanto ante los otros te define para mí es  ausente; pues te forjo con palabras escritas a la luz de las pantallas. Tu alma en letras en la nada, nuestra alma en la palabra liberada.
El insaciable afán He recorrido ya todos los mundos, me ha estremecido el insaciable afán de este sistema. Y ni aun así he dejado de pensar en los cálidos y virtuales días de los poemas... He resuelto el aciago laberinto he aceptado el pago que me dan no es el problema. Solo que no he dejado de pensar en los cálidos y perdidos días forjados por el insaciable afán de los poemas.  
Hasta las moscas pagan Sé que dirás que soy un mojón pero como un Quevedo provinciano seré un mojón sí, pero un mojón enamorado. Me mantengo en mi espera en Barcelona, no me voy, porque ha de saldar la deuda que contrajo conmigo cuando mi lengua afilada y mi arrojo de loco nos salvo de la nada. Aquí estoy, y exigo el pago y no tolero más la indiferencia que de lo que de cierto hay ya decidí lo que prefiero para mí. La deuda es trascendental ni si se unen el bien y el mal alcanzan hasta el total. No importa lo que hagan hasta las moscas pagan. Y aquí estoy sí un mojón con frenesí.