Había una vez un árbol que crecía en un bosque lleno de ruido y distracciones. A pesar de esto, el árbol siguió creciendo y floreciendo porque aprendió a enfocarse en sus propias raíces y a ignorar el ruido exterior.
En el universo paralelo Si de este nuevo universo, espejo del que dejé, la que fui se había ido (solo es sombra en Internet) ¿quién soy ahora de cierto? En el poema ya escrito caí como un nuevo verso no coincido rima y ritmo y raramente me ven, triste alma. El tiempo pasó y mis hijos me han de corresponder y allí donde estuve muerta algo nuevo ha de nacer: La calma.
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